La socialdemócrata Laura Chinchilla Miranda escribió una nueva página en la historia política de Costa Rica al convertirse este domingo, con una amplia mayoría en las urnas, en la primera mujer elegida para ocupar la presidencia del país centroamericano.
En la que fuera la primera campaña presidencial de una candidata mujer en Costa Rica, Chinchilla, una politóloga de 50 años, logró superar a sus adversarios masculinos e imponerse en las urnas con aproximadamente el 47% de los votos, casi el doble de sus inmediatos contendientes, según los resultados oficiales parciales.
"Gracias Costa Rica por la confianza depositada; no la traicionaré, porque sé que no me ha sido dada como un regalo. Ahora me toca a mí justificarla actuando con absoluta rectitud y con la mirada puesta exclusivamente en el bienestar de mi país", fueron las primeras palabras de Chinchilla tras conocerse los resultados parciales pero contundentes de la jornada electoral.
Representante del Partido Liberación Nacional (PLN, socialdemócrata) y considerada la discípula del presidente Óscar Arias, esta mujer de figura delgada y voz y facciones fuertes, nació el 28 de marzo de 1959 en San José y ha tenido una activa vida pública, desempeñando cargos como diputada, viceministra y ministra de Seguridad, de Justicia y vicepresidenta de la República.
En 2008 decidió renunciar a su puesto como vicepresidenta de Arias para aspirar a la candidatura presidencial por el PLN, que disputó y ganó con amplia ventaja a sus contendientes, Johnny Araya, alcalde de San José, y el ex ministro de Seguridad Fernando Berrocal.
Chinchilla, casada con el español José María Rico y madre de un hijo, es calificada por sus cercanos colaboradores como una mujer fuerte y decidida, o como ella misma ha dicho, "con los pantalones bien puestos".
En campaña, sin embargo, fue blanco de los ataques de la oposición, quienes la calificaron de débil y de ser una simple "marioneta" de Arias.
Ella siempre refutó esta crítica, calificándola de machista y asegurando que si bien está dispuesta a escuchar consejos, tanto del mandatario como de otras figuras nacionales, al final tomará sus decisiones con firmeza e independencia.
"Yo tengo gran fortaleza interna. Laura sabe quién es ella y yo me siento muy segura de mí misma" y "lo que viene es mi gobierno, no el gobierno de Óscar Arias", dijo reiteradamente a la prensa.
Sin embargo, Chinchilla ha expresado abiertamente su deseo de dar continuidad a las obras exitosas del Gobierno de Arias, como el aumento del monto y cobertura de las pensiones a las personas más humildes, las becas para estudiantes de escasos recursos y la construcción de infraestructura vial.
En campaña, evitó usar como palanca el tema del género, así como las confrontaciones directas con sus contrincantes, y basó sus propuestas en la generación de más empleo, mejor educación, atención a las clases desprotegidas y un aumento del 50 por ciento en el presupuesto para seguridad ciudadana.
Chinchilla apuesta por el comercio internacional como vía de desarrollo, por eso asegura que concluirá con éxito las negociaciones de tratados comerciales con la Unión Europea y China, y depurará los beneficios de los acuerdos firmados con países como México, Chile y Estados Unidos.
La virtual presidente electa costarricense es graduada en Ciencias Políticas por la Universidad de Costa Rica y tiene un máster en Políticas Públicas de la Universidad de Georgetown (Estados Unidos).
Amante del baile y la música ranchera, Chinchilla ha trabajado desde 1990 como consultora en América Latina y África para diversos organismos internacionales en el área de la reforma institucional, judicial y de la seguridad pública.
Entre sus fortalezas, Chinchilla señala su capacidad de diálogo, por lo que aseguró que a partir de ahora tenderá puentes con sus hasta hoy rivales: Ottón Solís, del Partido Acción Ciudadana (PAC) y Otto Guevara, del Movimiento Libertario (ML), para "trabajar sobre las coincidencias que tenemos y cerrar las pequeñas heridas que hayan podido quedar tras la campaña".
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