Dice el Presidente que Roberto Micheletti sabe..., que Micheletti se comunica con él para..., que Micheletti está considerando..., que Micheletti presenta solicitudes...
¿Cómo es posible que a Oscar Arias no se le haya ocurrido, durante el proceso de mediación y fabricación de propuestas, exigir alguna condición a los golpistas en términos de respeto por los derechos humanos más básicos de la población hondureña? Ni una sola palabra le escuchamos sobre los brutales atropellos, agresiones y asesinatos que comete día a día el gobierno golpista.
El señor Arias sigue aumentando la lista de puntos y cada vez enreda más el tema y Micheletti le sigue como buen alumno con contrapropuestas cada vez más complicadas, tiempo requerido para consolidar el golpe. No hay que olvidar que el Presidente Zelaya había aceptado los primeros siete puntos y que fue Micheletti quien los rechazó. Los segundos trece puntos todavía los están leyendo Micheletti y el Congreso. Lento el señor. Lento el parlamento golpista.
Mientras tanto, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos denuncia día a día nuevas y flagrantes violaciones. El toque de queda ya no tiene término, la ciudadanía hondureña se acuesta y se levanta sin garantía alguna, todo puede pasar, no hay límite a la arbitrariedad. Estamos ante una dictadura en Honduras, una dictadura que se ensaña con manifestantes pacíficos, con la prensa, que tiene secuestrada e indefensa una Nación y a su Presidente constitucional confinado en la frontera al descampado.
Oscar Arias, por el contrario, en mullido sillón de hotel cinco estrellas departe con sus homólogos sobre asuntos varios ¿No cree el mediador que como mínimo debería exigirle a los golpistas garantizar los derechos humanos y políticos de la población mientras se sientan a la mesa las supuestas partes con las cada vez más alambicadas propuestas? ¿Quién se cree, a estas alturas, que el pueblo apoya a Micheletti, que el Golpe se dio respetando la Constitución, las Leyes y la institucionalidad?
Hoy, 30 de julio, en declaraciones a Radio Globo, el Presidente Zelaya increpó a los golpistas gritando "Este gobierno se sostiene por el capricho del general Romeo Vásquez. ¡Quítese la pistola del cinto general Deje de reprimir al pueblo hondureño, en nombre de Dios!". Ayer transnacionales norteamericanas y alemana- Niké, Gap, Knights Apparel y Adidas- solicitaron que “esta crisis sea inmediatamente resuelta y que las libertades públicas sean restablecidas, incluidas la libertad de prensa, la libertad de expresión, la libertad de movimiento".
El mediador parece no estar interesado en cuestionar la violenta actuación del gobierno golpista, la violenta actuación de unas fuerzas armadas cuya existencia repudia en discursos. El mediador se debería preguntar en serio ¿qué es lo que está mediando y para quién? Y contárnoslo a los costarricenses y a los hondureños. De paso que se lo pregunten otros en este paisaje, en donde parece que el ratón a todos les comió la lengua y que el Gobierno de Costa Rica no es con ellos, silencio en la Asamblea Legislativa y cómo no, también en el Poder Judicial. Entre la ciudadanía costarricense ya se han formado grupos organizados, solidarios con las personas que sufren en Honduras. ¿Cómo debemos interpretar el silencio oficial?
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